La ley del padre by Carlos Augusto Casas

La ley del padre by Carlos Augusto Casas

autor:Carlos Augusto Casas [Augusto Casas, Carlos]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2023-03-09T00:00:00+00:00


* * *

El vestido de raso negro con la espalda al aire de Sonia actuaba como una red de arrastre que se llevaba tras ella las miradas masculinas y algunas femeninas. Había pertenecido a su madre y le pareció una buena idea ponérselo para ir al Cock, uno de los locales que frecuentaba cuando aún estaba viva. Al sentarse en la barra comenzó a estudiar las caras de los camareros. Todos la observaban anhelantes, todos menos uno, que bajó la vista en cuanto sus ojos se encontraron.

—Tú debes de ser Sebastián, ¿verdad? —exclamó ella señalándole con el dedo.

El barman se le acercó con los ojos clavados en el suelo.

—¿Qué desea tomar?

—¿Sabes quién soy, verdad?

El tal Sebastián levantó la cabeza un instante para asentir.

—Es usted Sonia, la hija pequeña de la señora de Gómez-Arjona.

—Dicen que me parezco mucho a mi madre. No sé qué opinas tú, tengo entendido que la trataste bastante.

—El parecido es… impactante. Casi da miedo. Cuando la he visto entrar por la puerta, con ese vestido…, por un momento he pensado que los fantasmas existen y les gustan los cócteles.

—¿Qué bebía ella? Mi madre. ¿Cuál era su cóctel favorito?

—La señora Ada, siempre que nos honraba con su presencia, pedía un tom collins. Decía que era como un perfume bebible.

—Pues ponme un tom collins. Y no te vayas muy lejos. Necesito que me sigas hablando de ella.

Minutos después, la bebida se materializó ante Sonia. Dio un sorbo y comprobó que su madre sabía lo que se bebía.

—Traté bastante con la señora, pero no creo que me considerase un amigo —dijo Sebastián mientras sacaba brillo a las copas—. Quizá yo no sea la persona más indicada para hablarle de ella. Por cierto, ¿cómo ha dado conmigo?

—Me gustaría que me hablara de la noche en que la asesinaron —ordenó Sonia ignorando la pregunta del barman.

—¿Por qué me pregunta a mí? Estuve trabajando aquí aquella noche y ese día ni la vi. No me enteré de su muerte hasta la mañana siguiente.

—La barra de un bar es como la orilla del mar. El lugar donde llegan los restos de un naufragio. Usted la conocía, seguro que ha oído cosas. Los amigos de mi madre hablarían de esa noche. Un crimen sin resolver siempre genera muchos rumores. Quiero que me los cuente.

—Ser camarero sería mucho menos complicado si no tuviésemos orejas. Escuché historias, señorita. Pero lo único que le voy a dar es un consejo: deje el asunto como está.

—Qué curioso, ahora que me fijo, los camareros además de orejas también tienen boca —replicó Sonia dejando un billete de cien euros sobre la barra—. Hay un hermano gemelo esperando en mi monedero si cambia los consejos por información.

Los cien euros desaparecieron dentro del bolsillo de la chaquetilla blanca del camarero.

—Muchos amigos de su madre comentaron que pasaron cosas raras en la investigación. —Sebastián bajó la voz en tono confidencial—. En un primer momento, la policía intentó por todos los medios culpar del asesinato al peluquero.

—El amante de mi madre.

—Era un pobre hombre. Eso le salvó.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.